Serie LA LLEGADA DE LAS MUJERES SILVESTRES
(2010-2011)
Julieta Anaut escenifica rituales de regreso simbólico a la Naturaleza primigenia. No la naturaleza llana, aquella que perciben los animales, sino ese tesoro perdido del que sólo sabe el hombre desde que comenzó a cultivar sus propios frutos. Ese es el origen de la palabra cultura, y también del castigo divino que desplazó el Edén fuera de la Tierra.
Ese territorio mítico es el que habita en sus fotoperformances Julieta Anaut, primero poniendo en escena su propio cuerpo y, en esta serie, contando con la concentrada complicidad de un grupo de jóvenes mujeres. El tránsito entre las primeras obras –aquellas en la que la artista se define, como Alejandra Pizarnik en sus versos doloridos, yo soy la ofrenda– y La llegada de las mujeres silvestres testimonia el sentido de salvación implícito en todo sacrificio.
Ellas nos guiarán –promete Anaut- en este viaje que no sólo une el pasado con el presente sino también la cultura con la naturaleza. Las mujeres silvestres atraviesan esa frontera que no tiene lugar más que en la intuición sensible. La artista no esconde en sus imágenes ninguno de los artificios: los saltos de escala, la unión de elementos incongruentes, nos hablan de un territorio que está más allá de las leyes de coherencia que reglan nuestro mundo y sus representaciones.
En efecto, lo que aquí está en juego no es la naturaleza virgen –si es que algo de ella persiste en el mundo- sino la infinidad de signos que, desde las más diversas culturas, testimonian su pérdida. Deidades grecorromanas, estampas cristianas, vírgenes mestizas del Barroco andino, heroínas románticas del siglo XIX, bodegones flamencos, el horizonte que resume el paisaje sublime… todo ello convive sin pudor en las fotografías de Julieta Anaut. Sin embargo, esta naturaleza recreada, como afirma la artista, tiene por fin la alegría. Lejos de la bancarrota del lenguaje –tan cara a los teóricos del arte posmoderno- la libertad de estas imágenes transmite una rara fe, un optimismo.
En este sentido, podemos afirmar que la obra de Anaut recrea también, en el espíritu de un lenguaje contemporáneo, la tradición de la performance ritual que, en los años 60 y 70, tuvo en América Latina a artistas de la talla de Ana Mendieta y Lygia Clark, y que, en la Argentina, tuvo escasa repercusión. Otro modo, en suma, de religar tiempos y fronteras, esta vez en el campo de la historia del arte.
Valeria González, Buenos Aires, 2011.
Texto curatorial de la serie para la exposición individual “La llegada de las mujeres silvestres” en ArtexArte Fundación Alfonso y Luz Castillo, Buenos Aires, 2011. Publicado en el catálogo Fauna Latente, 2012.